NO. Esta enfermedad no se asocia, ni con dolor, ni con ningún tipo de molestia ocular en general salvo la alteración de la función visual. Además, si un paciente tiene como única patología ocular una DMAE nunca se quedará totalmente ciego.
Como ya se ha explicado, sólo se deteriora la visión central, permaneciendo normal la visión
En primer lugar hay que decir que esta enfermedad suele ser bilateral, es decir, afecta a ambos ojos, aunque, pueden no afectarse al mismo tiempo.
Sin embargo, algunas personas se dan cuenta de que presentan algún tipo de problema visual sólo cuando se afecta el segundo ojo. Inicialmente, usted puede notar uno o varios de los siguientes síntomas:
- La parte central de su visión está borrosa. Por ejemplo, cuando usted mira a alguien puede ver los bordes de la cara pero no los rasgos de la misma.
- Las líneas rectas pueden aparecer torcidas, inclinadas o desaparecer en algún punto. Esto se puede observar al mirar, por ejemplo, los marcos de las puertas o las ventanas.
- No se evalúan correctamente las distancias y las alturas, los objetos adquieren formas y tamaños inusuales, por lo que pueden tener problemas al bajar escaleras o al colocar objetos.
- Puede encontrar difícil emparejar objetos que tienen formas o colores similares.
- Es posible que note que cada vez necesita utilizar mejor iluminación.
- Puede estar más sensible a las luces intensas de lo que es normal o, por el contrario ver luces inexistentes.
- En general, tendrá pocos problemas cuando camine de un sitio a otro, aunque cruzar calles muy transitadas puede ser difícil.
- Sin embargo, usted tendrá dificultad para reconocer a amigos en la calle, cuando lee, cuando ve televisión, cuando intenta pagar con monedas, o cuando de la vuelta a una esquina, actividades todas ellas que necesitan de una visión detallada.
- Cuando el cuadro está lo suficientemente avanzado se aprecia un parche negro en el centro del campo visual.
Si usted sospecha que puede tener una DMAE pero se trata de un proceso que lleva una evolución prolongada, acuda a la consulta de su oftalmólogo pidiendo una cita ordinaria. Si, por el contrario, los síntomas han aparecido recientemente y de forma aguda, entonces acuda a su especialista de forma urgente.
De igual modo, si ha sido diagnosticado previamente de DMAE en uno de sus ojos y comienza a presentar de forma brusca alguno de los síntomas expuestos anteriormente en el otro, tampoco deberá demorar su visita médica.
Como ya se ha dicho la DMAE es una enfermedad bilateral por lo que el ojo bueno tiene riesgo también de perder la visión central. Existe un test que puede detectar precozmente las lesiones de la enfermedad: la Rejilla de Amsler. Usted debe ponerse sus gafas de cerca y taparse un ojo. Luego fijará su mirada en el punto central negro y manteniendo la mirada en ese punto tratará de comprobar si alguna de las líneas del cuadro han desaparecido o aparecen distorsionadas. Sí es así, marque el defecto en el cuadro. Compruebe cada ojo por separado.
Si usted ya veía áreas distorsionadas pero éstas súbitamente cambian, o aparecen nuevas zonas alteradas en la rejilla, debe acudir a su oftalmólogo de forma urgente.
No. Dejar que sus ojos “descansen” no sirve de nada. Si usted se acerca a la televisión o trata de leer letras utilizando lupas, será capaz de ver mejor y eso no es malo para sus ojos. Además, cuanto más utilice las ayudas visuales como las lupas, será capaz de sacarles mejor partido y con el “entrenamiento” cada vez será capaz de leer más rápido.
No. Dejar que sus ojos “descansen” no sirve de nada. Si usted se acerca a la televisión o trata de leer letras utilizando lupas, será capaz de ver mejor y eso no es malo para sus ojos. Además, cuanto más utilice las ayudas visuales como las lupas, será capaz de sacarles mejor partido y con el “entrenamiento” cada vez será capaz de leer más rápido.
Probablemente no. Unas gafas más potentes no pueden reparar el daño que hay en la retina. El ojo se comporta como una cámara de fotos, las gafas serían el objetivo y la retina sería la película. Teniendo en cuenta este ejemplo, podrá entender que nunca conseguirá buenas fotografías si la película está alterada, aunque usted utilice un objetivo estupendo. Sin embargo, existen lupas (algunas dotadas de iluminación), telelupas, y otras ayudas de baja visión, que capacitan a muchos pacientes a realizar tareas tales como leer periódicos, o visualizar las señales en las calles o los establecimientos públicos. Cuando intente leer trate de tener buena iluminación que vaya dirigida directamente al papel que quiere leer. Intente cambiar sus bombillas por otras más potentes. Si su visión empeora a la luz del día, utilice gafas de sol, preferiblemente de color marrón.
Existen numerosos trabajos de investigación en marcha, que están tratando de determinar cuál es la causa de la DMAE y sobre cómo debe de ser tratada. Así, respecto al tratamiento existen ensayos clínicos en marcha que están tratando de evaluar el papel de la radioterapia o de la terapia fotodinámica. Además, está trabajándose en el trasplante de Epitelio Pigmentario de la Retina con la idea de prevenir los cambios en la membrana de Bruch que origina esta enfermedad.
Puesto que el envejecimiento y la degeneración de los tejidos oculares están íntimamente relacionados con el estrés oxidativo, también se hallan en estudio el papel que pueden jugar los antioxidantes aportados en la dieta o aportados mediante complementos dietéticos en la prevención de la DMAE y en el enlentecimiento de su progresión. Los resultados obtenidos hasta la fecha son esperanzadores en cuanto a que la DMAE parece responder a la influencia dietética; y que por lo tanto, valiéndonos de ella podríamos llegar a prevenir y a modificar el curso de la enfermedad, y a mejorar el funcionalismo visual macular y de la retina.