Para explicar en qué consiste la retinografía es necesario saber lo que es la retina y cuáles son sus estructuras más importantes.

La retina es la capa más interna del ojo, es una especie de membrana sensible a la luz, que se encarga de recibir las imágenes del exterior, después de atravesar la córnea y el cristalino. Las células que la componen, reciben el nombre de fotorreceptores.

La retina es la encargada de transformar las imágenes en impulsos eléctricos. A través de la conexión que tiene con el nervio óptico las imágenes son transmitidas al cerebro.

Para el estudio de la retina se dispone en oftalmología de un instrumento óptico llamado retinógrafo.

retinografo

Se trata de una prueba sencilla para el paciente, no necesita preparación previa, ni la necesidad de aplicar anestésico, indolora y de corta duración.

Para la realización de la retinografía es recomendable dilatar la pupila del paciente, ya que así se podrá observar más extensión de retina.

Consiste en realizar una “fotografía” al interior del ojo, el paciente simplemente tiene que mirar a un punto de fijación y notará como se dispara un flash.

Si el paciente tuviera alguna opacidad o problemas de fijación, puede que la imagen no sea del todo nítida.

En la retina existen dos zonas muy importantes:

El disco óptico o también conocido como papila, es la zona por donde entra el nervio óptico. Se encuentra en la zona posterior del ojo. Aquí no existen fotorreceptores por lo que se produce una zona de no visión llamada punto ciego. El nervio óptico se puede ver alterado en aquellos pacientes que tengan la tensión intraocular alta como consecuencia de un glaucoma, esto produce que las fibras que forman el nervio mueran causando una ceguera al paciente debido a que las imágenes no llegaran al cerebro.

La mácula es una pequeña mancha de color amarillento situada en la parte posterior de la retina, es la zona de mayor agudeza visual y que nos proporciona la capacidad de ver los detalles.

La fóvea es una pequeña región en la zona central de la mácula donde se enfocan los rayos luminosos y facilita la percepción del color.

La principal enfermedad de la mácula es la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), afecta sobre todo a personas mayores de 50 años. Produce un deterioro de la mácula progresivo, provocando la pérdida de la visión central en sus comienzos  y que puede llegar a ser total en casos muy avanzados.