Agujero Macular

¿Qué es el agujero macular?

El agujero macular es una lesión o ruptura en la continuidad del tejido de la zona central de la retina, que se denominada mácula. La mácula es la zona en donde se fijan los rayos de luz que entran al ojo, y es la que permite una visión detallada esencial para la lectura y la escritura.

Clasificación ¿Cuáles son los síntomas? ¿Cómo es el diagnóstico? ¿Cuál es el tratamiento?

Según su origen, el agujero macular se puede se clasifica en dos grupos: los primarios (que se producen por condiciones internas al ojo y por la tracción que puede producir el vítreo sobre la mácula) y los secundarios (que se producen por la miopía, inflamaciones, o por traumatismos oculares).

Por otra parte, el estudio de los agujeros maculares mediante la Tomografía de Coherencia Óptica (OCT) nos ha permitido clasificar los agujeros maculares según su morfología y tamaño. Según su tamaño los agujeros maculares pueden ser: de pequeño tamaño si tienen una apertura menor de 250 μm, medianos si tienen una apertura entre 250 y 400 μm y grandes, si tienen una apertura mayor de 400 μm; lo cual tiene importancia en el pronóstico.

La frecuencia de los agujeros maculares primarios se estima entre 0,9 a 3,3 por 1 000 habitantes.  Es más frecuente después de los 55 años, específicamente entre los 65 y los 75 años, con una leve mayor frecuencia en mujeres.

El síntoma más común del agujero macular es una disminución gradual y progresiva de la visión central del ojo afectado. Otros síntomas incluyen distorsión o metamorfopsias (líneas rectas se ven torcidas), o disminución de la sensibilidad en la zona central del ojo (escotoma central). El nivel de disminución de la visión depende del tiempo de evolución, del tamaño del agujero macular y del nivel de afectación de las células visuales en la zona afectada.

En consulta se realizará la dilatación pupilar y se explorará la parte posterior del ojo (fondo de ojo). Se realizará una fotografía de la retina (Retinografía) y un estudio de tomografía de coherencia óptica (OCT) el cual es fundamental en el diagnóstico, caracterización y manejo de los agujeros maculares. Esta técnica de imagen rápida y no invasiva permite evaluar  la mácula y ayuda al oftalmólogo diferenciar un agujero de otras afecciones oculares con síntomas similares.

 

La vitrectomía es en la actualidad el tratamiento más común para el agujero macular. En esta cirugía, se extrae el vítreo para evitar que éste pueda ejercer tracción sobre la zona macular y al mismo tiempo al final de la cirugía de deja al ojo relleno con una burbuja de gas para que este presione sobre los bordes del agujero y evite la entrada de líquido lo que interfiere con la cicatrización del agujero. En el post-operatorio se solicitará al paciente que mantenga una postura boca abajo durante varios días dependiendo de las características del agujero macular.

Con las técnicas quirúrgicas actuales, se consigue el cierre del agujero macular entre un 90 a 95% de los casos.

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